Algelia: Abdelaziz Bouteflika murió a los 84 años.

Sky world news / Algelia El ex presidente dio su último suspiro el viernes, dijo la televisión nacional, citando un comunicado de la presidencia.

Había gobernado el país durante veinte años, desde 1999 hasta 2019.

Abdelaziz Bouteflika, quien fue presidente de Algelia durante veinte años, murió el viernes 17 de septiembre a la edad de 84 años.

No se ha anunciado la fecha de su entierro. Omnipresente en la vida política algelina durante décadas, pero casi invisible desde un derrame cerebral en 2013, Bouteflika no había dado señales de vida desde que el movimiento de protesta popular de Hirak y el ejército lo obligó a dimitir en abril de 2019.

en la soledad de su residencia de ancianos en Zéralda, al oeste de Argel. Desde su apoplejía, que lo hizo afásico y lo confinó a una silla de ruedas, Bouteflika había sido objeto de constantes rumores sobre su salud e incluso su muerte.

Pero, cada vez, reaparecía en público para desmentirlos.

Más de treinta y cinco años después de su primer cargo ministerial, Bouteflika asumió el control de Argelia en 1999, con la imagen de un salvador en un país devastado por la guerra civil.

Veinte años después, fue expulsado sin consideración por el ejército, pilar del régimen, bajo la presión de un movimiento de protesta sin precedentes, el Hirak. Convocado a dejar el poder por el Estado Mayor, "Boutef", como lo llaman coloquialmente sus compatriotas, tiró la toalla el 2 de abril de 2019, tras un improbable intento de postularse para un quinto mandato.

Esta candidatura fue vista como demasiada humillación por millones de argelinos, a menudo jóvenes y erróneamente descritos como resignados.

Si bien Abdelaziz Bouteflika fue elegido por primera vez en 1999 y luego reelegido constantemente en la primera vuelta con más del 80% de los votos en 2004, 2009 y 2014, este quinto mandato parecía adquirido a los ojos del régimen.

Pero seis semanas de movilización masiva de Hirak empujan al jefe del ejército, el general Ahmed Gaïd Salah, uno de sus leales, a obtener su renuncia. Hasta el final, Abdelaziz Bouteflika habrá querido aguantar, desafiando lo obvio: el que estabade su presidencia, cuando este apuesto conversador de ojos claros y traje de tres piezas, amante de los puros, se mostró como un líder hiperactivo.

"Soy toda Argelia", dijo al llegar al poder aquel cuyo destino se fusiona con la historia contemporánea de su país.